Grupo de caddies en los primeros años del Real Club de Golf Sotogrande (foto © Real Club de Golf Sotogrande)

El sueño americano de Sotogrande

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A principios de la década de 1960, Joseph R. McMicking, un empresario estadounidense de origen escocés afincado en Filipinas, llegó al sur de España con el sueño de replicar a orillas del Mediterráneo los complejos de golf de California.

“Puedo entender por qué lo hizo. Esta zona es muy hermosa y me recuerda a California. Es un campo de golf fantástico”, dijo el estadounidense Wyndham Clark, flamante ganador del Abierto de Estados Unidos en Los Ángeles Country Club y participante esta semana en el Estrella Damm N.A. Andalucia Masters, sobre el recorrido del Real Club de Golf Sotogrande.

“Fue un «Bienvenido Mr. McMicking»”, cuenta a sus 83 años el que fue mano derecha de McMicking, Jaime Brujó, haciendo referencia a la comedia cinematográfica sobre las esperanzas frustradas de que el Plan Marshall de ayuda estadounidense a Europa después de la Segunda Mundial no pasara de largo por España.

A diferencia de Marshall, McMicking llegó a Sotogrande para quedarse. “Era socio de Cypress Point y quería hacer algo parecido y a lo grande”, recuerda Brujó sobre el proyecto inicial y el impacto en la región.

El estadounidense convenció al arquitecto Robert Trent Jones para que diseñara su primer campo en Europa y contrató a cerca de un millar de personas de la zona para las obras de construcción de carreteras de acceso, hoteles, viviendas y campo de golf, en un lugar “bastante alejado de la civilización”, en palabras de Brujó.

“Es sin duda uno de los enclaves más espectaculares del mundo para la construcción de un campo de golf, el único con vistas a dos continentes,” declaró Robert Trent Jones en una entrevista con Golf Monthly en 1965. El club de golf con 24 socios inaugurado unos meses antes cambió para siempre la vida y la realidad del Valle del Guadiaro.

“Aquí hemos trabajado gran parte de mi familia y muchos conocidos. La mayoría de la gente de la zona trabajaba en la agricultura y se pasaron a la construcción, la jardinería y los cuidados del campo de golf”, explica el encargado de la tienda de golf, Diego Romero, de la quinta de 1964 y con 43 años de empleo en el Real Club de Golf Sotogrande.

Su compañero, José Manuel Barbera, que también nació el mismo año de la inauguración del campo y lleva 35 años trabajando en el club, lo explica en términos más locales: “Esto del golf mueve tela, tela marinera. Para esta zona, el golf ha sido la inyección económica más grande que se le ha podido meter. Directa o indirectamente todo el mundo de esta región tiene a alguien trabajando en la industria del golf.”

El Real Club de Golf Sotogrande, que ha acogido estrellas internacionales como Bob Hope y Bing Crosby, y leyendas del golf como el argentino Roberto de Vicenzo, campeón del Abierto de España de 1966, y Severiano Ballesteros, ganador del Campeonato de España de Profesionales de 1987, fue la semilla del desarrollo de decenas de campos y miles empleos en la industria del golf en el sur de España.

“Mi abuelo, mi tío, mi padre, mis primos, mi hermano… Todo el mundo hemos vivido y vivimos del golf. La gran mayoría de la gente de aquí trabaja en algo relacionado con el golf”, cuenta el guadiareño Raúl Quirós, caddie de Pablo Larrazábal.

Las tres generaciones de Quirós se introdujeron en el mundo del golf siendo adolescentes en la escuela de caddies del Real Club de Golf Sotogrande, donde un maestro daba clases a los jóvenes cuando no estaban trabajando en el campo.

Y varios Quirós y otros muchachos de la zona han llegado a competir profesionalmente gracias a otro proyecto de Joseph R. McMicking y Robert Trent Jones, el Club de Golf de la Cañada, un campo municipal con escuela infantil.

“Cuando vas por Guadiaro, lo más normal es ver a chavales caminando con la bolsa de golf subiendo a La Cañada. En el bar del pueblo, en cuanto acaba el fútbol se pone el golf”, agrega Raúl Quirós, que da clases de golf en La Cañada cuando no está viajando por el mundo.

Seis décadas después, el Valle del Guadiaro y el Real Club de Golf Sotogrande, ahora sede del Estrella Damm N.A. Andalucía Masters, con 2.400 socios y casi un centenar de empleados, siguen disfrutando del sueño americano de McMicking.

Para disfrutar del torneo basta con adquirir las entradas para el Estrella Damm N.A. Andalucía Masters, con descuento para federados y acceso gratuito para menores de trece años, en la web del torneo.

El Estrella Damm N.A. Andalucía Masters, torneo del DP World Tour valedero para la Race to Dubai que se celebra gracias a la imprescindible colaboración del Real Club de Golf Sotogrande, está patrocinado por Estrella Damm y la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, además de estar cofinanciado con fondos europeos y haber sido declarado acontecimiento de excepcional interés público por el Gobierno de España.

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